lunes, 4 de enero de 2016

Elecciones Generales, todos pierden

La agudización de la crisis económica se llevó por delante al Gobierno del PSOE de Zapatero en 2011, la mayoría absoluta obtenida por el PP en 2011 y ha erosionado sobremanera al bipartidismo de PP y PSOE, como lo acreditan los 5.123.546 votos perdidos con respecto a los comicios de 2011, obteniendo entre los dos partidos 12.746.531 votos.

La burguesía ha preparado a conciencia las elecciones generales de 2015, y no ha escatimado recursos, llegando incluso a ‘sacrificar’ a un monarca, consciente de que se está jugando su propia supervivencia, sabedora de que su sistema económico está quebrado y que la crisis no sólo no se ha quedado en el ámbito de lo económico, sino que ha penetrado profundamente tanto en el terreno político como institucional, en un país asolado por la corrupción y por la ruina de las clases populares.

No obstante, hay que reconocer que la burguesía ha dado una lección en los manejos de
los tiempos, en la forma de proceder para evitar que el descontento social de las clases populares sobrepasara los estrechísimos márgenes del actual sistema, instalado completamente en la reacción donde el proletariado está ilegalizado de facto.

Los medios de comunicación burgueses, que en primera instancia allá por 2012, no dudaban en sacar a pasear a personajes como Cañamero o Sánchez Gordillo y sus acciones como iconografía de la contestación a los recortes; fueron progresivamente sustituidos en las cada vez más prolíficas y numerosas tertulias y programas de carácter político - hecho éste que demuestra la falsedad del aserto sostenido por el oportunismo en este país durante décadas de “que la gente no quiere saber nada de política” – por los que, a la postre, se convirtieron en los dirigentes de PODEMOS. Las Elecciones Europeas fueron el momento en el que los monopolios lanzaron la criatura política, más importante, creada por ellos desde el PSOE de Felipe González.

El efecto de PODEMOS fue instantáneo y en 2014 cayeron, según la CEOE, un 40% el número de horas perdidas por huelga en comparación con el año 2013. La burguesía había conseguido con su nueva criatura, por un lado, conducir el descontento social al terreno del electoralismo reduciendo la conflictividad y, por el otro, recubrir la pata “izquierda” del sistema, igual de antiobrera y reaccionaria que la derecha, a la par que hacía albergar, nuevamente, entre el pueblo la posibilidad de cambiar el sistema desde dentro, desde las votaciones y no desde otras vías.

En este periodo, que ha culminado en 2015 con las elecciones generales, la burguesía ha empleado otros procesos electorales, como las anteriormente mencionadas Elecciones Europeas, que no sólo sirvieron para el lanzamiento y desarrollo de PODEMOS, sino para iniciar un procedimiento de reconfiguración de un mapa político, siempre dentro del pleno control de los monopolios y dejando bien claro que no puede haber nada fuera del capitalismo monopolista. En definitiva, una nueva sesión de maquillaje de esta “democracia” de los monopolios dirigida por el franquismo que garantice el dominio de la burguesía, de tal modo que se da chance a unas fuerzas que simbolizan una supuesta renovación del sistema y se sentencia a aquéllas agotadas, así como hace todo tipo de esfuerzo en fortalecer lo máximo posible las cada vez más precarias posiciones del bipartidismo.

De este modo primero en las elecciones autonómicas de Andalucía y, posteriormente, en las elecciones municipales, ambas en el primer semestre de 2015, fueron consolidando a PODEMOS y lanzaron lo más posible al “PODEMOS de derechas”, tal y como denominó el Presidente del Banco de Sabadell a Ciudadanos.

En todos esos hitos se evidenciaba como el bipartidismo perdía fuelle y cómo los monopolios no tenían más opción que potenciar esas opciones “emergentes” promovidas por sus medios de comunicación de masas. Tras las elecciones municipales, y ante la proximidad de los comicios catalanes, donde la Patronal no tuvo ya pudor alguno en manifestarse abiertamente contra las fuerzas políticas que defendían la independencia de Cataluña, todos los medios del capital se lanzaron a fortalecer a Ciudadanos, con objeto de erosionar lo más posible a las fuerzas independentistas, ante la cantada debacle tanto de PSC y PP. Y así se arriba a las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, donde las declaraciones de la CEOE dejan bien a las claras la síntesis de todo el proceso. Tras las elecciones municipales decía Rosell “una cosa son las campañas electorales, los eslóganes, pero cuando llegas a la mesa del despacho y ves los ingresos y los gastos, hay que gestionar…” con referencia a PODEMOS, para indicar el pasado 7 de diciembre el presidente de la CEOE lo siguiente “Aparte de ver a Pablo Iglesias más moderado, lo que hago es leer su programa y compararlo con los que presentaron en las europeas y las autonómicas y municipales. Van haciendo un programa cada vez más parecido a los demás que quieren ganar las elecciones.”, plenamente calmado tras lo acontecido en Grecia.

En la democracia burguesa la democracia se concibe tal y como lo concibe el burgués, esto es, democracia para la minoría burguesa y opresión para la mayoría trabajadora. Los recursos empleados en manipulación han sido superlativos. La campaña electoral ha sido el mejor ejemplo de lo que es la democracia burguesa, primero dando chance a Ciudadanos para tratar de que la suma con el PP diera para gobernar, conforme se llegaba al final de la campaña desinflar a Ciudadanos para que el PP concentrase el mayor voto posible.

Pero aún con todos los recursos y resortes, todos los caballos de la burguesía han perdido. El Partido Popular ha perdido 63 escaños y 3.650.814 votos y ha obtenido su peor resultado desde 1989; el PSOE ha obtenido su peor resultado, perdiendo 20 escaños y un millón y medio de votos. Pablo Iglesias, que hace un año señalaba que si PODEMOS no vencía en las elecciones se iría, ha sido la tercera fuerza política, con lo que sus expectativas tampoco se han visto satisfechas, de igual manera ha acontecido con Ciudadanos, cuyo resultado ha sido estéril para apuntalar al Partido Popular en el poder. IU prácticamente ha desaparecido, con 2 escaños, víctima del sistema por el que se ha partido la cara y por el que el PCE no dudó en traicionar a todos aquéllos que combatieron al fascismo, incluso entregando sus vidas, desde las filas de la clase obrera; el engendro de UPyD ha desaparecido y los partidos nacionalistas han perdido fuelle en sus feudos, destacando la desaparición de CiU y la debacle electoral de la nueva marca de la corrompida Convergència Democràtica de Catalunya.

La supuesta regeneración política del sistema tampoco ha servido para hacer que la participación en los comicios electorales repuntara con fuerza, a pesar de que el estado está quebrado y asolado por el paro y la corrupción, si bien es cierto que en puntos porcentuales la participación se incrementó un 4,26%, que se traduce en 684.006 votos más, el porcentaje de participación se acrecentó más porque el censo electoral de 2015 había descendido, con el respecto al de 2011, en 1.148.405 votantes, cifra ésta que evidencian efectos de la crisis como son la emigración y el incremento de la mortalidad.

El resultado final de las elecciones generales arroja un país ingobernable y con una gran inestabilidad política. La suma del Partido Popular y Ciudadanos es insuficiente para gobernar y su concepción franquista del modelo de estado impide que puedan sumar con las fuerzas nacionalistas; por tanto, el Partido Popular únicamente podrá conformar gobierno si el PSOE se lo permite. Variante esta última que no es del todo desdeñable, y que incluso algunos dirigentes del PSOE – los más reaccionarios encabezados por Susana Díaz, títere de Felipe González y Manuel Chaves - ya le han dejado entrever en forma de abstención en la segunda votación del debate de investidura. En última instancia serán los monopolios europeos y norteamericanos, que son los que manejan la economía y los que tienen comprados a los distintos partidos del sistema, los que determinen si optan por el pacto PP-PSOE o si, por el contrario, se van a elecciones en primavera que, a priori, beneficiarían tanto a PODEMOS como al PP. Lo que sí se constata es que estas elecciones de 2015 dejan un panorama político que cada vez tiene más similitudes con el griego.

El nuevo formato del oportunismo, PODEMOS, ha aglutinado en torno a él no sólo a un gran número de trabajadores indignados, sino también voto de organizaciones de corte nacionalista y ha dejado a IU, prácticamente, en la desaparición, haciéndole perder 9 diputados y 762.907 votos, de tal modo que en el campo del oportunismo se produce un reordenamiento siendo IU, y consecuentemente el PCE, el mayor damnificado junto al PSOE. Asimismo PODEMOS, tanto en Cataluña como en el País Vasco, ha sido la formación más votada, por encima de los partidos nacionalistas, y en Navarra ha sido la segunda fuerza política arrebatándole un escaño a Bildu y otro a Geroa Bai con lo que votos contrarios al estado español expresados en términos de apoyo a opciones nacionalistas e independentistas se han desplazado hacia PODEMOS, como lo acredita que de 5 diputados perdidos por BILDU, 4 se los ha llevado la formación magenta.

El año electoral, lejos de cerrarse en 2015, se reabre, pues con toda seguridad en primavera, se celebrarán nuevamente elecciones catalanas y generales, a las que se deberán añadir las elecciones gallegas para el otoño. Esta realidad choca frontalmente con los planes de recortes sociales dictados por los monopolios desde la UE, de tal modo que la situación política puede desestabilizarse, todavía más, de mantenerse Bruselas en su objetivo de reducción de déficit y deuda para este año que se inicia ofertando como fórmulas para ello los recortes sociales en educación y sanidad, el incremento de la recaudación fiscal incrementando el IVA súper-reducido y la tasa de hidrocarburos y forzando una nueva reforma laboral donde la precarización aumente, todavía más, y los salarios disminuyan. Por no hablar de que, sumado a todo ello, la conflictividad se acrecentará como consecuencia de que las Empresas, tras el 20 de diciembre, están reactivando los EREs. Si a todo ello se le suma la cuestión nacional y la profundización de la crisis económica en las potencias emergentes, fundamentalmente en Asia y América Latina, augura un deterioro cada vez mayor de la situación económica y política en el estado español y un empeoramiento todavía mayor de las condiciones de vida del Proletariado.

Vislumbrando ya esta realidad, en el XV Congreso de nuestro Partido, en marzo de 2015, acordamos - gracias a un proceso de fortalecimiento organizativo progresivo desde el anterior congreso – dar un paso hacia adelante presentándonos a las Elecciones Generales. El PCOE no considera que las elecciones burguesas sean la forma en la que la clase obrera accederá al poder, de hecho las experiencias históricas nos indican, sin vacilación alguna, que el Proletariado únicamente podrá conquistar el Poder Político mediante una Revolución alejada por completo de toda vía pacífica. El momento actual, el mayor interés por la política de la clase obrera y las clases populares, su estado anímico, así como nuestro progresivo fortalecimiento organizativo hacían que el momento fuera óptimo para que el Partido, 32 años después, aprovechase las elecciones del 20 de Diciembre y volviese a presentarse a las mismas con objeto de difundir su política y darla a conocer a los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, así como promocionarse ante ellos. Este proceso electoral le ha servido al Partido para fortalecerse más, tanto cuantitativamente como, fundamentalmente, cualitativamente puesto que la militancia ha podido testar en la práctica la naturaleza antidemocrática y clasista del estado burgués y su democracia, así como también nuestra fortaleza ideológica ante los charlatanes de la burguesía. El Comité Ejecutivo del PCOE valora positivamente el trabajo desarrollado en las elecciones generales, donde no sólo la militancia sino los simpatizantes del Partido han salido fortalecidos, los primeros organizativamente y en experiencia y, los segundos, en conocer con mayor detalle la suciedad del sistema capitalista y su democracia y elevando su grado de conciencia.

Bajo el marco del capitalismo y del poder del estado de los capitalistas el pueblo trabajador no tiene más salida que el hambre, la opresión, la represión, la explotación y la muerte, por ello, objetivamente, no hay más salida que la Revolución Socialista, el socialismo y que el poder esté en manos del Proletariado y su estado. Por ello, el Partido Comunista Obrero Español continuará trabajando con la clase obrera, en los centros de trabajo, en el campo, en los barrios, en la construcción de órganos de poder popular del proletariado, uniendo las luchas de los distintos sectores del proletariado en una única lucha contra el capitalismo (Frente Único del Pueblo), y uniendo a los comités de empresa, delegados y trabajadores para conseguir que en sus manos esté la producción (ACDT). En este sentido, el PCOE continuará, en virtud a nuestras fuerzas y grado de desarrollo, luchando por el Socialismo y por acabar con el capitalismo y su estado criminal, que niega el derecho a la autodeterminación de la nación catalana, vasca y gallega, que niega la democracia a los trabajadores y los despoja de todo derecho y los condena a la explotación y represión más descarnada, el paro y la miseria. Nadie vendrá a liberarnos pues la emancipación del proletariado sólo puede ser obra suya, armado de su partido, el Partido Comunista Obrero Español. Ante la agudización de la crisis del capitalismo, es momento de redoblar los esfuerzos para llegar a los obreros, jornaleros, jubilados, estudiantes, en definitiva, a todos los sectores del proletariado y conseguir que hagan suya la política del PCOE, pues únicamente son ellos organizados bajo una dirección revolucionaria, los que podrán llevar a término la misión que nos tiene encomendada la Historia: Mandar al capitalismo al estercolero de la Historia y construir el Socialismo.



¡POR EL DESARROLLO DEL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!

¡POR LA REFORMA AGRARIA ANTILATIFUNDISTA Y ANTIMONOPOLISTA!

¡FUERA DE LA UNIÓN EUROPEA Y DE LA OTAN!

¡ABAJO EL CAPITALISMO! ¡SOCIALISMO O BARBARIE!



COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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