"Mohamad Monasera, de 13 años de edad, ha fallecido por los disparos de soldados israelíes en el norte de Al-Quds, después de apuñalar hasta la muerte a un colono israelí", ha informado este lunes la agencia local Safa.
Luego en un ataque de represalia contra la violencia del régimen israelí, su hermano,
Ahmad, de 11 años, acuchilló a un colono israelí en Al-Quds. El colono recibió heridas de gravedad y el palestino fue alcanzado por las balas de los soldados israelíes. De acuerdo con los informes, el menor palestino se encuentra en estado crítico.
Ahmad, de 11 años, acuchilló a un colono israelí en Al-Quds. El colono recibió heridas de gravedad y el palestino fue alcanzado por las balas de los soldados israelíes. De acuerdo con los informes, el menor palestino se encuentra en estado crítico.
En la misma ciudad, una estudiante palestina que escapaba de un grupo de colonos israelíes que gritaba "terrorista, terrorista", fue baleada por efectivos israelíes. El portal israelí 0404 informa que la chica murió por alertas erróneas lanzadas por esos colonos.
Además, tres colonos israelíes han resultado heridos en un ataque palestino con arma blanca en la ciudad de Kiryat Gat, en el sur de los territorios ocupados.
En la misma jornada del lunes, al menos nueve palestinos han resultado heridos por municiones reales de las fuerzas israelíes en la ciudad Nablus, en el norte de Cisjordania. Uno de los heridos está en estado crítico.
El origen de toda esta situación yace en las irrupciones y los violentos ataques de soldados israelíes contra los palestinos en la Mezquita Al-Aqsa en Al-Quds, sitio religioso de suma importancia para los musulmanes.
Como reacción a la brutalidad israelí, los palestinos han atacado con arma blanca a algunos soldados israelíes, y en la mayoría de los casos han pagado con su vida el ataque, pues han muerto tiroteados por las fuerzas de ocupación.
El subjefe de la dirección política del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), Ismail Hanie, afirmó el pasado viernes que los incidentes registrados recientemente en Jerusalén y Cisjordania son una nueva “Intifada” (levantamiento), en la línea de las revueltas palestinas de 1987 y 2000.
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