viernes, 31 de julio de 2015

Minsk: las nuevas exigencias ucranianas

Poroshenko ha comentado la situación diplomática en relación al estado actual de las negociaciones de Minsk, dejando claro incluso para quienes están lejos de la política, que no habrá compromiso:

Se introducirá un procedimiento especial de autogobierno local en ciertas áreas de Donbass tras la retirada de todas las tropas rusas y el restablecimiento del control sobre la frontera entre Ucrania y Rusia. Así lo declaró el presidente ucraniano Petro Poroshenko en
su visita a Lviv para conmemorar el 150 aniversario del nacimiento del arzobispo Andrey Sheptytsky.

“Las enmiendas a la Constitución no prevén un status especial para Donbass. El proyecto solo prevé la capacidad de ejercer funciones específicas de autogobierno local en ciertas zonas administrativas y territoriales de las regiones de Donetsk y Lugansk, que está determinado por otra ley al margen”, afirmó Poroshenko según cita UNIAN. Según el presidente, hay diez condiciones cuyo cumplimiento es requisito para que la ley entre en vigor, “pero la clave de esta ley es que las tropas rusas ocupantes tienen que retirarse de Ucrania”.

“El control de la frontera entre Ucrania y Rusia debe ser devuelto a la soberanía del Estado. Porque el control de la frontera es un elemento clave de la soberanía del Estado”, afirmó el presidente. “Entonces, cuando recuperemos el control, cuando las tropas se hayan retirado, entonces hablaremos de las peculiaridades del autogobierno local”, dijo.

Como es natural, las Repúblicas Populares inmediatamente recordaron que los tiempos marcados por el proceso de Minsk son ligeramente diferentes:

La RPD considera contrarios a los acuerdos de Minsk los términos del presidente Poroshenko, según los cuales es posible introducir un procedimiento especial de autogobierno para Donbass.

“El paquete de medidas deja clara que la cuestión de la frontera es posterior a otros pasos, incluyendo el estatus especial, enmiendas a la constitución y otros. Así que la propuesta de transferir el control de la frontera antes de que Kiev cumpla con otros puntos es, de hecho, una violación del acuerdo de Minsk”, afirmó el presidente del parlamento de la RPD Andrey Purgin según cita Interfax.

Por supuesto, Poroshenko incumple abierta y cínicamente los acuerdos de Minsk y no es la primera vez. ¿Sorprende a alguien? La exigencia de devolución de la frontera no es nueva. De hecho, el punto referido a la frontera es uno de los más importantes de los acuerdos de Minsk y durante más de un año se ha convertido en el indicador claro de las perspectivas a corto plazo de la RPD y la RPL. Una vez controlada la frontera, la junta podría derrotar fácilmente a las Repúblicas Populares, pero el hecho es que no hay prisa por devolver el control y el intento de la junta por recuperarla por la vía militar acabó en una dura derrota. Así que en el marco del desastre de Minsk, la junta continúa actuando, ya que siente el apoyo de Estados Unidos.

Como comentábamos el verano pasado, la pérdida de la frontera supondría el final del voentorg y del comercio militar. Hasta que eso ocurra, la histeria sobre si se está dejando caer a la RPD y la RPL es prematura, ya que la situación continúa desarrollándose en una dirección ligeramente diferente. La intensidad de la lucha ha aumentado en la línea del frente en los dos últimos días, lo que ha puesto en evidencia lo inútil de los acuerdos de Minsk, que cada parte interpreta a su manera.

La propuesta de “devolver la frontera a Ucrania y después discutir el estatus especial” pertenece al terreno del “prometamos lo que pidan a estos idiotas, ya los colgaremos después”. Pese al deseo de congelar el conflicto en Donbass, es improbable que alguien caiga en la trampa de esta opción.

También es preciso mencionar las excusas de Poroshenko en relación a la deteriorada situación en Ucrania. Es especialmente irrisorio que Rusia es culpable por haber reducido la importación de productos ucranianos. Así que primero llamamos agresor a Rusia, boicoteamos los productos moskali, y luego, cuando Rusia no compra productos ucranianos, Poroshenko prefiere que el “agresor” aumente el volumen de importaciones ucranianas. No hay que olvidar que el diciembre de 2013, Rusia concedió un préstamo a Ucrania, ahí está su “agresión”.

En realidad, todo esto es una excusa barata, porque la economía ucraniana cayó ya en tiempos de Azarov y Yanukovich y, tras el golpe de Estado, la junta causó una guerra civil que ha privado a Ucrania de un ápice de estabilización económica. Poroshenko solo trata de justificar los fracasos económicos de la junta utilizando peligros externos, culpando a cualquiera, desde funcionarios corruptos a los miembros del Praviy Sektor, del aumento de precios a la vivienda inasequible.

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