martes, 28 de julio de 2015

Grecia, Ucrania y el mundo mejor de Arseniy Yatseniuk

“Sentimos que Vd. se levanta por el pueblo ucraniano en nuestra lucha contra la agresión liderada por Rusia. Vd. es uno de los buques insignia en el apoyo al pueblo ucraniano y creemos que juntos podemos construir una historia de éxito. Sabe, señor Primer Ministro, tenemos mucho en común con el Reino Unido. Usted aplicó la austeridad e hizo su economía verdaderamente dinámica y robusta;
nosotros hicimos lo mismo, así que podemos compartir nuestra experiencia con Grecia. A fin de hacer el mundo mejor…”
Arseniy Yatseniuk, dirigiéndose a David Cameron, 15 de julio de 2015

La destrucción de la estabilidad económica ucraniana por parte del actual gobierno de Kiev ha colocado al país en una muy difícil situación financiera. A pesar del decidido apoyo occidental, muchos analistas están convencidos de que Ucrania llegará a no honorar su deuda, cayendo en un default o impago de la misma.

La coincidencia de las dificultades ucranianas con el proceso de renegociación de la deuda griega ha dado lugar a diversas declaraciones sobre la situación comparada de Grecia y Ucrania por parte de los principales dirigentes ucranianos. Estas declaraciones son ilustrativas del pensamiento político-económico de estos dirigentes, razón por la que merecen una cierta consideración.

Destaca, de partida, la evidente voluntad de acentuar el contraste entre el gobierno de Ucrania y el de Grecia, colocando al primero entre los alumnos aplicados de la línea económica ortodoxa impulsada por los países occidentales.

La principal línea argumental es que Ucrania está plenamente comprometida con la política de reformas. En una entrevista con el principal asesor de Poroshenko para la reforma de política económica, Dmitryo Shymkiv, durante su visita junto a Yatseniuk y Jaresko a Estados Unidos y Canadá a mediados de julio, BuzzFeed News recogía estas declaraciones del asesor: “Grecia ha sido recientemente “persuadida” para las reformas… mientras que Ucrania tiene un plan. Y seguimos este plan”. A diferencia de Grecia, donde es preciso ganarse con dureza el apoyo a los recortes y las reformas, el apoyo a esta política es muy superior en Ucrania, según Shymkiv.

A ello se debe la buena relación con el FMI que destacan los dirigentes ucranianos, a pesar de que esta institución ha mostrado recientemente su insatisfacción con algunos problemas en la aplicación de las reformas. Destaca en particular la lentitud en la aprobación de algunos impuestos, sobre la gasolina, por ejemplo, o en el proceso de ajuste de las pensiones. Según el FMI, la reacción de algunas facciones de la Rada ucraniana ante estas medidas puede suponer un riesgo de “revertir las reformas económicas en aras de ganancias cortoplacistas“.

En el artículo de BuzzFeed, la ministra de Hacienda de Ucrania, Natalie Ann Jaresko, destacaba en cualquier caso que Ucrania se encontraba en un modelo de relación con el FMI completamente diferente al de Grecia, sustentado precisamente en el decidido apoyo del gobierno ucraniano a la política de reformas: “Estamos en una relación muy colaboradora, una relación de mucho apoyo. Es nuestro programa de reforma, no el del FMI, y estamos trabajando con el FMI, el Banco Mundial, y otros para asegurar que hay un paquete financiero detrás de nuestro muy difícil programa de reformas”.

Esta responsabilidad de país en la aplicación de la política de reformas es uno de los temas recurrentes de las intervenciones de Arseniy Yatseniuk. En una entrevista en Washington con la CNBC a mediados de julio, el actual Primer Ministro de Ucrania insistía, por ejemplo, en que la principal diferencia con Grecia es que “estamos haciendo nuestro trabajo. Y no chantajeamos a nadie. Nosotros entendemos que el mundo apoyará a Ucrania sólo… si nos apoyamos a nosotros mismos, si mostramos un progreso real en la agenda de las reformas. Así que depende de nosotros“. Las implicaciones son claras para Yatseniuk: “No nos parecemos en nada a Grecia”.

Y, por ello, los líderes de Ucrania creen merecer un mayor apoyo de Occidente, tanto en términos de inversiones como de acceso a la financiación. Las despiadadas críticas a Grecia tienen así un nítido componente de lucha por los recursos financieros escasos a disposición de las instituciones crediticias y de los Estados occidentales.

Grecia no tiene además que enfrentarse, en el discurso de los dirigentes de Kiev, a un conflicto como el que se vive en el este de Ucrania. Rusia no podía por supuesto faltar en toda racionalización de las dificultades financieras del país hasta el punto de justificar, según las autoridades ucranianas, la inclusión de parte de la deuda rusa en un necesario proceso de reestructuración de la deuda. “Creemos que esta deuda será reestructurada de la misma manera que tenemos que reestructurar la deuda privada“, sostiene Yatseniuk. Y a continuación señala que, si se ve obligado a hacerlo, “Iré a la ofensiva con Rusia. Tenemos un plan“. Al igual que Shymkiv, el Primer Ministro también tiene un plan.

Al recoger el contenido de otra entrevista con Yatseniuk, también durante su visita económica a Estados Unidos y Canadá, el Financial Times destaca su lamento por el hecho de que Grecia esté absorbiendo gran parte de la atención del mundo, y los recursos financieros de Europa, en un momento en el que Kiev tiene que hacer frente a los tanques rusos en su territorio. “Todo el mundo está tan centrado en Grecia que Ucrania no es la prioridad. No está en los radares … Nos han prometido $ 25 mil millones para los próximos cuatro años desde el FMI, el Banco Mundial y otros, teniendo a los tanques rusos a bordo. . . [Y] después de haber perdido 20 por ciento de la economía de Ucrania”. Mientras, continúa, “nuestros amigos griegos, con una población cuatro veces menor que la de Ucrania, ya han conseguido 300 mil millones de euros. Y necesitan otros 60-70 mil millones de euros”.

La mezcla de agravio comparativo y auto-satisfacción con la propia acción reformista culmina con una completa descalificación de la política griega. La crítica de Yatseniuk a la convocatoria del referéndum por Alexis Tsipras resulta particularmente dura. En su entrevista con la CNBC, sostiene que resulta “inaceptable jugar a este juego arriesgado y, por ejemplo, situar la responsabilidad, no en los políticos y en la élite política, desviándola de los políticos al pueblo como hicieron los griegos con el referéndum”.

Algunas semanas antes, el Presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ya había criticado el populismo y la irresponsabilidad de los dirigentes griegos con estas palabras, recogidas por censor.net.ua: “Paralelismos claros pueden extraerse con Grecia, cuando los políticos griegos trataron de comprar a los votantes, con la promesa de no hacer nada, de no llevar a cabo las reformas y una política fiscal responsable… Esto se tradujo en desempleo, colas ante el paralizado y bloqueado sistema bancario y se puso en peligro la existencia del Estado. Ésta es una demostración del precio que una sociedad paga cuando cree el populismo de los políticos irresponsables”. A ello contrapone una “política responsable y efectiva” que habría permitido a Ucrania, un Estado en realidad al borde de la bancarrota, el acceso a los mercados financieros exteriores, tal y como recoge Interfax.

Pero la crítica de los dirigentes ucranianos se extiende incluso a la Unión Europea. En sus declaraciones al Financial Times, Arseniy Yatseniuk llega a calificar la gestión europea de la crisis griega como “un desastre político”, impulsado en su propio país a los opositores a las reformas. “Esto es políticamente irresponsable y desincentiva a otros gobiernos a la hora de aplicar reformas difíciles“.

Pero Ucrania encuentra mayor comprensión en otros lares, en particular en el Canadá conservador del Sr. Harper. En una reciente visita a Ucrania, su ministro de Defensa, Jason Kenney apelaba al tándem Grecia-Rusia para mostrar su identificación con Ucrania. Declaraba así a la canadiense CBC, que “a diferencia de Grecia, Ucrania está realmente haciendo un esfuerzo muy serio bajo el actual gobierno para traer las reformas. Están pagando un precio político por esto y también están disputando una guerra infligida sobre ellos por parte de Rusia, así que es una situación muy difícil”.

Las declaraciones de los dirigentes ucranianos sobre Grecia no son, sin embargo, sino una muestra de la concepción insolidaria del mundo que les caracteriza, de su falta de valores morales y de la poca elegancia mostrada en el intento de empujar a un lado a otro gobierno en situación precaria.

Llama la atención la pretensión de grandeza política en políticos que deben su acceso al poder a la manipulación populista y que han sostenido una acción militar contra su propio pueblo, en el este de Ucrania, apoyados en batallones de voluntarios, algunos de ellos condenados incluso por el Congreso de Estados Unidos. Frente a Tsipras, Yatseniuk se presenta como un duro pero eficaz hombre de Estado: “Si usted es un líder fuerte, si usted es una persona con sentido de estado, necesita desarrollar acciones audaces y fuertes, y decisivas“, dice, recordándonos su compromiso con la terapia de choque económica y su decidido impulso de la guerra en el este de Ucrania.

Pero no hay nada más significativo que el elogio, por completo acrítico, que le dedica el 15 de julio en Londres Arseniy Yatseniuk a David Cameron. Según Radio Free Europe, las palabras de Yatseniuk a Cameron fueron las siguientes: “Tenemos mucho en común con el Reino Unido. Vd. aplicó la austeridad y Vd. hizo su economía muy dinámica y robusta. Hicimos lo mismo”. “Así que podemos compartir nuestras experiencias con Grecia con el fin de hacer un mundo mejor, para mantener a la Unión Europea unida“. Grecia, en definitiva, podría aprender algunas lecciones de Ucrania y de Gran Bretaña para aprender a vivir con menos gasto público y prosperar.

En el mundo mejor de Yatseniuk, en su Europa unida y respetuosa de la integridad e independencia de Ucrania, hay pueblos que deben aprender de los elegidos por el éxito. Sin saberlo, Grecia personifica hoy a todos aquellos a los que es preciso abrir los ojos a través de la dureza económica, política o incluso, llegado el caso, de la acción militar. Éste es, en realidad, el mensaje que nos manda, a través de Grecia y de Donbass, Arseniy Yatseniuk.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade tu opinión sobre este artículo