Más de 200 personas fueron arrestadas en las protestas que estallaron el lunes en la ciudad estadounidense de Baltimore, en el estado de Maryland (noreste), por la muerte de un afroamericano llamado Freddie Gray a manos de la policía, han afirmado este martes las autoridades locales.
Según ha confirmado Howrad Libit, un portavoz del Ayuntamiento de la citada urbe, durante las protestas, que se volvieron violentas la noche del lunes, hubo 202 arrestos, 15 incendios en edificios, 144 vehículos incendiados, así como 15 agentes heridos.
Centenares de agentes antidisturbios y de la Guardia Nacional, así como policías de estados vecinos, han sido desplegados este martes en Baltimore para evitar que se repitan las escenas de la madrugada de la jornada de hoy, cuando las calles parecían una zona de guerra.
Los disturbios se desencadenaron poco después del funeral de Freddie Gray, el joven negro de 25 años que perdió la vida el pasado 19 de abril, tras sufrir una grave herida en la espina dorsal como consecuencia de la golpiza policial que recibió durante su detención el 12 de abril.
Autoridades anuncian toque de queda en Baltimore
Tras los violentos choques entre los manifestantes y las fuerzas del orden público a últimas horas del lunes, el gobernador de Maryland, Larry Hogan, que ha visitado este martes a los policías heridos y los barrios afectados, declaró el estado de emergencia y activó a la Guardia Nacional en una ciudad poblada mayoritariamente por afrodescendientes.
Por su parte, la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, decretó un toque de queda, de 10 p.m a 5 a.m, en toda la ciudad durante una semana entera. La medida se empezará a aplicar a partir de las 10 de la noche de este martes.
La muerte de Gray se produjo en un momento de gran tensión en EE.UU. entre los distintos cuerpos de policía y la comunidad, después de que durante los últimos meses hayan tenido lugar varios casos de abuso policial con resultados mortales.
El asesinato de Gray se suma a incidentes similares en los que agentes blancos han matado a tiros a ciudadanos afroamericanos desarmados, hechos que han provocado multitudinarias marchas antirracistas en la mayoría de las ciudades estadounidenses.
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