“Algunos de los organizadores ahora tienen que volver ahora a sus comunidades a tratar de limpiar el desastre de un puñado de manifestantes… un puñado de delincuentes y de vándalos que han arrasado el lugar”, ha dicho Obama este martes en una rueda de prensa en la Casa Blanca, junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe.
El presidente estadounidense ha expresado, además, sus condolencias a la familia del joven Freddie Gray, muerto el 19 de abril a los 25 años, una semana después de un encuentro fatídico con la Policía y de que, estando bajo la custodia de esta, sufriera gravísimas lesiones en la médula espinal.
Las autoridades aun no han explicado cómo ni cuándo resultó herido Gray.
La Policía afirma que Gray fue arrestado después de establecer contacto visual con una patrulla y darse a la fuga. Los agentes derribaron a Gray, lo esposaron y lo introdujeron en una furgoneta policial...
La muerte de Gray ha provocado concentraciones y marchas de protesta a las que han acudido, casi a diario, miles de manifestantes. El lunes, después del funeral, se produjeron graves disturbios.
Esto ha estado ocurriendo durante mucho tiempo.
En su rueda de prensa del martes, el máximo dirigente de la Casa Blanca ha reconocido, no obstante, que la violencia policial sigue siendo una cuestión pendiente en las áreas urbanas de Estados Unidos.
“Esto ha estado ocurriendo durante mucho tiempo”, dice Obama, y llama tanto a los agentes policiales como a los estadounidenses a hacer “examen de conciencia” y reflexionar sobre la ausencia de igualdad de oportunidades, la pobreza y otros problemas que afectan a EE.UU.
Estados Unidos ha testimoniado en otras ocasiones revueltas contra el racismo y la brutalidad policial. Los disturbios del lunes en Baltimore son, empero, los más violentos desde los habidos el año pasado en Ferguson (en Misuri, centro-este del país) tras la muerte del adolescente negro Michael Brown por los disparos de un agente de policía blanco.
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