miércoles, 11 de marzo de 2015

Andriy Parubiy en Norteamérica: Intereses bélicos y propaganda

El 14 de febrero de 2015, apenas unos días después de la firma del alto el fuego de Minsk, Andriy Parubiy, actual vicepresidente primero del Parlamento ucraniano, es entrevistado en la televisión ucraniana 5 каналу (Canal 5). En esa entrevista, adelanta que viajará la siguiente semana a Estados Unidos para negociar, de forma muy concreta y precisa, la entrega de armamento de alta precisión a Ucrania. El objetivo, según él, es prevenir el avance de Vladimir Putin hacia Crimea.

El presente documento relata el viaje de Parubiy con el fin de situar al lector ante el contexto en el que se desarrolla el debate sobre el envío de nuevo armamento a Ucrania en Norteamérica. Para facilitar la lectura, se presenta en diferentes entregas.

Ambiente pro-bélico en Estados Unidos

Día 24: El Washington Post se posiciona. Parubiy interviene en la Georgetown University, con el apoyo de Phillip Karber
Parubiy llega a Washington el día 24 de febrero. Su presencia se ve apoyada con la publicación de un editorial del Washington Post, An ‘invitation’ for Mr. Putin in eastern Ukraine. Convenientemente alabado en Twitter por John McCain, el editorial refleja un posicionamiento inequívoco del periódico de orientación demócrata a favor de armar a Ucrania. El argumento central es criticar que Putin no tenga que pagar un precio suplementario por la toma de Debaltsevo, argumentando que, a menos que EEUU arme a Ucrania, Putin no parará. De forma significativa, el Post recurre a las tesis de Parubiy para desarrollar su posición:
“Esta débil respuesta es una de las razones por las que los líderes ucranianos están convencidos de que Rusia pronto renovará su agresión. Andriy Parubiy, primer vicepresidente del parlamento, nos dijo el martes en Washington que el próximo objetivo de Putin será probablemente Mariupol, un puerto que ayudaría a consolidar el estado títere que se está construyendo en el este de Ucrania y abrir el camino para conectarlo con la Crimea ocupada por Rusia. Mijail Saakashvili, el ex presidente georgiano que ahora trabaja como asesor del presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, dijo que espera que el Sr. Putin tratará de apoderarse de todo el sur de Ucrania, conectando sus territorios con la provincia la provincia moldava de Transnistria, ocupada por Ruisa, y cortar el acceso de Ucrania al Mar Negro”.
El Sr. Parubiy dijo que el asalto a Debaltsevo demostró que el apoyo de Putin a ocasionales acuerdos de alto el fuego en Ucrania es meramente táctico. Al acordar el último, fue capaz de romper lo que parecía ser un impulso político en Washington hacia la provisión a Ucrania de las armas defensivas que necesita desesperadamente. El presidente Obama dijo el 9 de febrero que estaba considerando el suministro de armas, pero el alto el fuego tres días más tarde le dio razones para no actuar. La fuerte violación [del alto el fuego] en Debaltsevo y los continuos enfrentamientos cerca de Mariupol desde entonces no han provocado ninguna reacción de la Casa Blanca”.
Aunque altos funcionarios de los Departamentos de Estado y de Defensa están a favor del suministro de armas para Ucrania, el Sr. Obama parece simpatizar con la reivindicación de la canciller alemana, Angela Merkel, de que provocaría una escalada mayor. El Sr. Parubiy argumenta lo contrario de forma convincente. Putin, dice, ya ha desplegado todos los sistemas de armas rusas importantes en Ucrania, salvo la aviación y armamento nuclear, por lo que hay escaso margen para una escalada mayor. Si las fuerzas ucranianas fueran capaces de rastrear los tanques rusos con drones y de atacarlos con misiles antitanque, un asalto a Mariupol sería costoso para el señor Putin y podría ser contenido.
En estas circunstancias, el fracaso de Occidente en proporcionar apoyo militar “es una invitación a Putin para actuar”, dice el Sr. Parubiy. “Y él actuará hasta que sea parado por la fuerza”. Al retener la ayuda militar a Ucrania y declinar castigar el ataque a Debaltsevo, Obama se arriesga a la destrucción del gobierno de Kiev que dice apoyar – e invita a un conflicto de mayor alcance con Rusia.
La primera intervención pública de Parubiy, junto a otros representantes del actual Estado ucraniano, algunos de ellos vinculados a su Ministerio de Defensa, se produce en la mesa redonda “Defendiendo la democracia en Ucrania”. Esta intervención se enmarca dentro del programa del Master of Science in Foreign Service de la Universidad de Georgetown, sesión que coordina Philip. A. Karber.
Karber es profesor de la Universidad de Georgetown y Presidente de la Fundación Potomac. Estuvo vinculado al Pentágono durante los años ochenta, actuando como asesor estratégico del Secretario de Defensa de Reagan, Caspar Weinberger. Como parte de la BDM Corporation, Karber había trabajado en la creación un banco de datos sobre las fuerzas militares de la OTAN y del Pacto de Varsovia, el principal punto de partida en su especialización en la carrera armamentística. En 1984, Karber está vinculado a la American Security Council Foundation, impulsora de la estrategia para la paz a través de la fuerza.
El trabajo de Karber está presidido por la exageración de los desequilibrios militares, en particular en lo relativo al desarrollo de los estados clave en la zona euroasiática. En un informe colectivo de 1985, asociado a la BDM Corporation, Karber abordada así un escenario de desmembramiento de Pakistán por una acción conjunta entre la India y la Unión Soviética (Afghanistan’s Ordeal Puts a Region At Risk). En 1988, Karber sostenía que el desarrollo militar de la URSS había cambiado de forma sustancial el equilibrio de fuerzas a favor de la OTAN.
A través de la Fundación Potomac, Karber se ha destacado por formar, junto al General retirado Wesley Clark, conocido por su papel como comandante supremo de la OTAN en la intervención en Kosovo, un equipo activo en el proceso de promoción del apoyo militar a Ucrania. Ya en abril, Clark y Karber firmaron un informe presentado por Clark en la Casa Blanca en el que se analizaba la estrategia de Rusia en el este de Ucrania, proponiendo el envío de material no letal a ese país. Karber ha realizado desde marzo hasta febrero nueve viajes a Ucrania, con diversas visitas al frente del Donbass, informando con posterioridad a miembros y funcionarios del Congreso. En muchas de estas visitas ha ido acompañado de Wesley Clark. Éste menciona señala seis viajes a Ucrania, financiados no sólo por la Potomac Foundation sino también por el Open Society Institute.
Antes del editorial del Washington Post dedicado a la Ucrania de Parubiy, Karber y Clark son protagonistas de un artículo de Oren Dorell en USA TODAY el día 23 de febrero (Analysis: Ukraine forces outmanned, outgunned by rebels) en el que abogan por armar a ese país.
El artículo recoge las opiniones de los dos publicistas a su regreso del viaje que realizan ese mismo mes a Ucrania para contrastar la situación con diversos militares ucranianos. Según Karber y Clark, la posición de desventaja militar ucraniana frente a los tanques, vehículos blindados y drones rusos es la que fuerza a Ucrania a firmar el nuevo alto el fuego de Minsk. Karber sostiene que los ucranianos no tienen armamento antitanque para la infantería que les permita penetrar los tanques rusos, por lo que no pueden combatir en una batalla móvil. Esta circunstancia les ha llevado a centrar su ofensiva en ataques de artillería, un armamento contundente que ha causado estragos en áreas civiles en el territorio controlado por las milicias, causando alrededor del 80% de las bajas rebeldes, según el profesor de Georgetown.
Karber es también conocido por formar parte del grupo que facilitó material gráfico falso al Senador Jim Inhofe, del Comité de Servicios Armados, que supuestamente demostraba la intervención militar rusa directa en el Donbass. Como se comprobó con posterioridad, esas fotos correspondían en realidad a otros conflictos. La delegación que facilitó a Inhofe el material en noviembre estaba constituida, entre otros, por Semen Semenchenko, Iuri Bereza y Andrii Teteriuk. En ella participaba igualmente Karber quien confirmó que las fotos eran auténticas y que se habrían tomado entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre en el este de Ucrania, durante la batalla de Ilovaisk. Según Karber, Bereza era el portador del material fotográfico.
Día 25: Declaraciones a Voice of America, acto a puerta cerrada organizado por el NDI y la Brookings Institution a favor de Ucrania y participación en la celebración de la independencia de Lituania con Saakashvili y Landsbergis.
El día 25, distintas fuentes mencionan la intervención de Parubiy en la emisión en ucraniano de Voice of America. Estas fuentes adelantan que Parubiy presentará ese mismos día a una serie de interlocutores, que “están directamente implicados en el proceso de toma de decisiones”,la lista del armamento que Ucrania necesita. “Algunas de las armas son no letales. Por ejemplo, radares y drones, radio comunicadores y dispositivos para la supresión de interferencias. Las armas letales incluyen, principalmente, sistemas anti-misiles, incluyendo los Javelin [misiles antitanque]“, señala.
La actividad central de Parubiy ese día es un acto del National Democratic Institute y de la Brookings Institution de Strobe Talbott, con el títuloUS-Ukraine cooperation: views from Ukrainian parliamentarians. Según el programa, Parubiy se encarga de la intervención introductoria de la Delegación ucraniana. En una nota de EFE, recogida por Terra, Parubiy sostiene que Ucrania se enfrenta a un “conflicto híbrido” en el que la “guerra informativa” es más desestabilizadora que la militar, y que tiene el objetivo de crear descontento entre los ucranianos y acabar con el Gobierno.
Entre los participantes en el acto destaca la presencia de Anders Aslund, asesor económico de los gobiernos de Rusia entre 1991 y 1994 y de Ucrania entre 1994 y 1997, Jonathan Katz, de USAID, y Steven Pifer, de la Brookings. Éste último es uno de los más fervientes defensores del apoyo militar a Ucrania y uno de los coautores, junto a Strobe Talbott, de un reciente informe defendiendo esa política, ya comentado en este blog.
Según algunas fuentes, uno de los temas de debate en la jornada se centra en el posible impacto de una muy agresiva política de sanciones contra Rusia, dirigida de forma especial a castigar su sistema bancario, en un contexto de mantenimiento de precios bajos del petróleo. Frente a quienes advierten de la posible llegada al poder de un dirigente más nacionalista que Putin para responder a esta estrategia de acoso y derribo, Pifer habría mostrado su convencimiento de que Putin recularía antes de llegar a ese escenario. Según él, para conseguir esa marcha atrás, Occidente sólo necesitaría cambiar el escenario con el que trabaja Putin, imponiendo mayores sanciones y armando a Ucrania.
El mismo día 25, en la Biblioteca del Congreso, Parubiy participa junto a Mikhail Saakashvili y Vytautas Landsbergis, expresidentes de Georgia y Lituania, en el 25 aniversario de la restauración del Estado lituano. La celebración se convierte, más que en una fiesta lituana, en un acto de reivindicación del régimen de Kiev.
En su intervención en el acto, según Delfi, The Lithuania Tribune, Landsbergis mostró su temor de que la agresión de Putin y la guerra híbrida que se libra contra Ucrania no sólo representen un peligro para ese país y para Europa del Este sino también, en última instancia, para los Estados Unidos. A continuación, el ministro de Asuntos Exteriores lituano, Linas Linkevicius, apeló a la “implacable solidaridad” con el pueblo ucraniano en su lucha por una Ucrania unida y libre. Linkevičius pidió a los EEUU mantener el liderazgo contra los planes expansionistas de Putin en el continente europeo.
El punto culminante del acto llegaría de manos del embajador de Lituania en Estados Unidos, que iba a presentar como representantes de lo que define como “las tierras sangrientas” de nuestros días. Ante la entregada audiencia, Paruby se atreve a hablar de la falta de respeto a los acuerdos a los que Ucrania se enfrenta ante las fuerzas de Putin. Saakashvili, un prófugo de la justicia de Georgia, comenta por su parte los múltiples retos a los que se enfrenta como Presidente del Consejo Internacional Asesor para las reformas, recién nombrado en el puesto por Poroshenko.
En línea con lo observado en los días anteriores, también el día 25 se publica algún artículo favorable a los intereses bélicos de Ucrania. Ese día, Newsweek publica un artículo del miembro de la iniciativa Ucrania en Europa del Atlantic Council, Adrian Karatnycky, titulado “Now Obama Must Arm Ukraine”.
El artículo considera que los acuerdos de Minsk favorecen a los rebeldes al dejar en manos de Rusia el control de la frontera con Ucrania hasta finales de 2015 y reconocer la existencia de las milicias populares. El sentido de los acuerdos alcanzados, para EEUU y otros aliados de Kiev, es poner las bases para ayudar a Ucrania a sobrevivir a lo que define como “asalto de Rusia” y a la superioridad militar demostrada por las milicias. Esto implica, entre otras cosas, reconstruir sus fuerzas de defensa y modernizar el arsenal militar ucraniano. Karatnycky recoge la retahíla al uso y concluye señalando: “Ucrania necesita urgentemente armas antitanque y defensivas, drones de vigilancia, sistemas avanzados de radar anti-batería y sistemas antiaéreos que aumentarían el coste de nuevos ataques para los separatistas y Rusia“.
Día 26: Artículo belicoso de Wesley Clark y reuniones institucionales clave: McCain y Reed del Senado y Boehner del Congreso
Siguiendo con la programación de artículos a favor de armar a Ucrania, el día 26 toca el turno de Wesley Clark en USA Today (Remember Rwanda. Arm Ukraine, Diplomacy can’t stop wars without military power). El título del artículo parece decirlo casi todo: no pueden pararse las guerras sin poder militar. Y parte del resto recuerda lo ya repetido en el pasado: el genocidio de Ruanda ocurrió por la falta de acción; los muertos y desplazados de Bosnia sólo se dieron por terminados cuando EEUU decidió intervenir. Aunque Clark insiste en un elemento para él clave, la necesidad de liderazgo estadounidense:
En los Balcanes en 1991, dejamos a los europeos dirigir la diplomacia para parar la agresión serbia disfrazada de conflicto étnico. La diplomacia fracasó. Apoyamos a los europeos cuando pidieron fuerzas de paz de las Naciones Unidas, de Gran Bretaña, Francia, Suecia e incluso Bangladesh. Eso también fracasó. Sólo cuando EE.UU. tomó la iniciativa y aplicó el poder militar para reforzar la diplomacia detuvimos el conflicto. Y tuvimos éxito en acabar con un costo mínimo y sin perder un solo soldado”.
Pero Wesley Clark va mucho más allá. Según él, no habrá solución diplomática, y los acuerdos de Minsk ya han fracasado para poder ser esa solución, hasta que la vía militar de avance hacia el interior de Ucrania se cierre para Putin. Es algo que en parte ya habría conseguido, según Clark, la heroica resistencia ucraniana, impidiendo el designio del Presidente ruso: “Según fuentes de Ucrania, Putin ordenó el general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor Conjunto de Rusia, apoderarse de territorio fuera de los límites de las Provincias de Lugansk y Donetsk antes del 31 de enero”. Eso sí, a cambio de encontrarse Ucrania mucho más debilitada. A nadie que haya seguido la guerra del Donbass se le habría ocurrido este argumento pero, ¿qué importa en lo que pretende ser el guión para un nuevo relato de la historia?
Y ese guión pasa por rearmar rápidamente a Ucrania con material disponible en los stocks de EEUU pero también de países como Polonia, a quien Clark cita expresamente, todo con el objetivo de estabilizar el frente. “No se requiere soldados estadounidenses en el combate ni fuerza aérea de Estados Unidos. No es una guerra de poder contra Rusia; es la simple asistencia a una democracia en ciernes que busca el derecho a elegir su propio curso”, dice. En otras palabras, se trata de apoyar el derecho del Estado democrático reconocido por la ONU a decidir su propia forma de organizarse frente a quienes buscan separarse de él, recurriendo a la fuerza. Una teoría del Anti-Kosovo, en resumen.
¿Y qué dice, precisamente Clark, de Kosovo? Lo esperado: a diferencia del disfraz de limpieza étnica que justificó la agresión serbia en Croacia o en Bosnia, en Kosovo sí era necesario intervenir “para parar la limpieza étnica”. Pero sabe que Kosovo no es una buena base para servir de ejemplo en el caso ucraniano y no dice más. Se calla.
Para el prohombre moderno llamado a retomar la doctrina Holbrooke de la responsabilidad estadounidense en garantizar la paz y la seguridad en Europa, esto significa lo siguiente a principios de 2015: “nuestro reto es la agresión rusa en Ucrania, contraviniendo el derecho internacional, amenazando la estabilidad en Europa. No podemos recrear la prosperidad estadounidense, mejorar la desigualdad de ingresos, “pivotar” hacia Asia, o hacer frente al terrorismo internacional, sin la estabilidad y el apoyo de Europa. La paciencia estratégica fallará si aceptamos la agresión rusa en Ucrania. Es hora de que Estados Unidos lidere”. Porque ahí radica el problema, según Clark, en las reticencias de EEUU a liderar y asumir el papel de líder que le corresponde en Europa.
La entrevista principal de Parubiy el día 26 es la reunión con los senadores John McCain y Jack Reed, representantes de los dos grandes partidos con presencia en el Senado y, de forma más específica, en su Comité de Servicios Armados.
El centro de la conversación es, de nuevo, la necesidad de facilitar armas a Ucrania pero, sin mayores problemas, se trata de defensores convencidos del proceso. El 20 de febrero, McCain y Lindsey Graham ya argumentaban que el acuerdo de Minsk era un intento fallido de negociar con un agresor y que la voluntad de Putin era consolidar una solución impuesta por la fuerza de las armas. Con anterioridad, McCain y Jack Reed, junto a otros diez senadores demócratas y republicanos, organizaban a primeros de febrero una conferencia de prensa en la que exigían la entrega urgente de la ayuda militar a Ucrania, en especial misiles anti-tanques-
 
Jack Reed, Parubiy y McCain
El día 26, Parubiy también se reúne con miembros del Congressional Ukraine Caucus, un grupo compuesto por miembros del Congreso, pertenecientes tanto al Partido Demócrata y Republicano, y cuyo objetivo es incrementar las relaciones entre EEUU y Ucrania. Están presentes los demócratas Marcy Kaptur y Sander Levin y el republicano Mike Fitzpatrick. Según la nota oficial publicada en la web de Marcy Kaptur, la reunión se centra en la discusión de la entrega de armas defensivas para Ucrania. Según Levin, “Estados Unidos debería comenzar a facilitar armas defensivas que ayudarían a Ucrania a defender su territorio. Este armamento deben incluir armas antitanque para defenderse de los vehículos blindados facilitados por Rusia, municiones, vehículos armados y equipo de comunicaciones seguras, entre otros“. La nota señala que, durante la reunión, la parte ucraniana aporta una lista con una demanda concreta de ayuda militar letal dirigida al Pentágono y al Consejo de Seguridad Nacional.
En términos institucionales, sin embargo, la principal reunión del día 26 es la que mantiene Parubiy con el Presidente del Congreso, John Boehner. A la conclusión de la reunión, Parubiy señala que “Boehner me aseguró que el Congreso apoya facilitar a Ucrania armamento defensivo y va a seguir haciendo todo lo posible para que Barack Obama aplique la “Ukraine Freedom Support Act“. Tanto republicanos como demócratas están de acuerdo en esto, señala. Según la parte ucraniana, los participantes en la reunión habrían hablado de los pasos a seguir, promoviendo en particular audiencias sobre Ucrania e incluso planteando la posibilidad de una nueva ley que obligue a Barack Obama a proporcionar las armas a Ucrania de forma inmediata.
boenherFoto de la reunión con John Boehner (Heather Reed)
Esta reunión tiene consecuencias el día 5 de marzo. Ese día, Demócratas y Republicanos del Congreso remiten una carta a Barack Obama, pidiéndole el envío a Ucrania de “sistemas militares defensivos”, incluidos los de naturaleza letal. La misiva le recuerda que el Congreso ya ha puesto las bases para que el Presidente pueda actuar para “para atender a las peticiones concretas y directas que el gobierno de Ucrania ha realizado a su Administración”. Además de Boehner, firman otros siete congresistas republicanos y tres demócratas, entre ellos Eliot Engel, Adam Schiff y Adam Smith.
Día 27: Reunión con Victoria Nuland y contactos en la ONU
La principal reunión de Parubiy el día 27 es con la Secretaria de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos de los EEUU, Victoria Nuland, probablemente el mayor apoyo directo al lobby pro-ucraniano dentro de la actual Administración Obama. En su página de Facebook, Parubiy señala haber apelado al liderazgo estadounidense como garante de la seguridad de Ucrania, recordando la necesidad de actuar y de asumir su responsabilidad. Putin interpreta la falta de decisiones como una invitación para una nueva agresión, según Parubiy. “Ucrania necesita saber si tiene el mundo detrás de ella o está sola”. “Es el momento de actuar”, afirma haberle dicho a Nuland.
El día 4 de marzo, Nuland se refiere a esta cuestión ante el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso, señalando que “Estamos dando una cuantía significativa de apoyo no letal a los ucranianos”, “La cuestión es si se debe incrementar la letalidad. La cuestión es qué tipo de sistemas”. Pero, por ahora, la Administración Obama parece preferir dar alguna posibilidad al acuerdo de Minsk, de acuerdo con lo que le piden sus aliados europeos.
En su intervención del 4 de marzo, Nuland reconoce sin embargo que varios países están esperando a la luz verde de EEUU para facilitar armamento a Ucrania, requiriendo la licencia estadounidense para muchas de las exportaciones pendientes de realizarse. Algunos congresistas, entre ellos el demócrata Eliot Engel, anuncian en esa reunión su intención de forzar la intervención americana a través del Congreso. El día 5, un grupo de congresistas, entre ellos Engel, remiten a Obama una carta pidiendo el apoyo militar a Ucrania, tal y como ya ha sido mencionado en el apartado relativo a la reunión de Parubiy con Boehner.
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Parubiy con Victoria Nuland
Parte del día 27 lo dedica Parubiy a contactos en el seno de la ONU, aprovechando el trabajo de organización desarrollado por el Representante Permanente de Ucrania ante Naciones Unidas, Yuri Sergeyev. Además de reuniones con el cuerpo diplomático, Sergeyev organiza una reunión para informar a representantes de la OSCE en el Consejo de Seguridad sobre la aplicación de los acuerdos de Minsk [podría ser esta reunión a la que Parubiy se refiere como conferencia sobre la ocupación de Crimea y la persistencia de la agresión militar contra Ucrania].
Parubiy también se reúne con el Secretario General Adjunto para Asuntos Políticos de la ONU, el danés Jens Toyberg-Frandzen. El tema central en este caso es la posibilidad de llevar fuerzas de paz al Donbass, introduciendo incluso Parubiy, según el contenido trasladado a su página de Facebook, la cuestión de la posible exclusión de Rusia del Consejo de Seguridad. Según Paruby, Churkin reacciona con histeria a sus reuniones en la ONU, llamándole [con razón evidente] el miembro más activo del partido de la guerra en Ucrania.
Todavía le queda tiempo a Parubiy para declarar en una entrevista que la crisis no radica en Ucrania sino en “las cabezas de los representantes del Kremlin, en su deseo de revivir el imperio soviético”.
Según Ukrinform, Parubiy también se habría reunido en su visita a EEUU con representantes del Pentágono. Aunque no hay constancia de qué tipo de reuniones se habrían producido en este caso, lo cierto es que parecen estar teniendo resultados. Así, el día 3 de marzo, en una comparencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado, liderado por McCain y Reed, el General Martin Dempsey, Jefe del Estado Mayor Conjunto, señala la necesidad de considerar el envío de ayuda letal a Ucrania. Sostiene que ese envío debe realizarse en el contexto de la OTAN “porque el objetivo último de Putin es fracturar a la OTAN”. Esta declaración coincide en el tiempo con las declaraciones en Tokio del ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Pavlo Klimkin, de que una paz duradera sólo será posible con el retorno de Crimea a Ucrania.
Pocos son los ámbitos de oposición que se mantienen en Estados Unidos. En una entrevista con RT del 5 de marzo, el Director Ejecutivo del Instituto Ron Paul, Daniel McAdams, preguntado respecto a la probabilidad de que se envíe armamento letal a Ucrania, vincula con ironía el objetivo de armar a Kiev con los intereses del complejo militar-industrial: “Es interesante porque Victoria Nuland esta semana pasó algún tiempo con Andriy Parubiy [] Al volver a Ucrania aseguró a sus camaradas que EE.UU. aportará nuevo armamento no letal – sea lo que sea lo que esto signifique – y presentía con bastante seguridad que proporcionarían armas letales. El Presidente del Estado Mayor Conjunto, el General Martin Dempsey, ha instado al gobierno de Estados Unidos a proporcionar armas letales al igual que el nuevo secretario de Defensa [Ashton Carter], proviniendo los dos del complejo militar-industrial que está emocionado con una perspectiva de muchas más armas para vender”.

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