miércoles, 28 de enero de 2015

Procuraduría mexicana confirma la muerte de los 43 estudiantes

Los 43 estudiantes normalistas desaparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala, en el estado de Guerrero (sur de México), fueron asesinados por los narcotraficantes y luego incinerados en el basurero de Cocula, ha concluido este martes la Procuraduría General de la República (PGR). 

La PGR, en una conferencia de prensa encabezada por su titular, Jesús Murillo Karam, informa de que las pruebas y confesiones de los sicarios del cartel Guerreros Unidos aportan la necesaria "certeza legal de que los normalistas fueron muertos en las circunstancias descritas". 

Los estudiantes de magisterio, ha lamentado Murillo, "fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados, y arrojados al Río San Juan" en el municipio de Cocula, vecino a Iguala. 

El jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomas Lucio Zerón, a su vez, añade que Rodríguez Salgado alias "El Cepillo" dirigió la operación, y a él le corresponde, según sus propias declaraciones, la responsabilidad del secuestro y del asesinato de los estudiantes. 

El acto, ha asegurado el jefe de la AIC, se trata de un "crimen atípico", en el que hubo "autores materiales e intelectuales". 

La investigación ha confirmado, asimismo, la existencia de un grupo corrupto organizado de servidores públicos y policías, encabezados por el expresidente municipal de Iguala José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda. 

Es la primera vez que la Fiscalía, basándose en la confesión de El Cepillo, detenido el 15 de enero, confirma con total certeza la muerte de los 43 estudiantes, si bien ya había ratificado con anterioridad la de uno de ellos. 

La Fiscalía añade que para El Cepillo y otras personas implicadas en el homicidio se han solicitado penas de hasta 140 años de cárcel. 

Esta rueda de prensa se ha celebrado un día después de que miles de mexicanos retomaran las manifestaciones en la ciudad capitalina de México para pedir que los estudiantes aparezcan con vida. 

La desaparición de los 43 normalistas tuvo lugar el pasado 26 de septiembre en el municipio de Iguala. Policías corruptos, por orden del exalcalde de Iguala, retenido desde el 13 de noviembre pasado, entregaron a los estudiantes a miembros del cártel de Guerreros Unidos, y estos se encargaron de ultimarlos en las circunstancias descritas. 

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