lunes, 1 de septiembre de 2014

El acuerdo de asociación de Ucrania con la UE y el motín de la integración europea

El objetivo de los eventos recientes es una guerra civil eslava, la solución final para la cuestión rusa.

Los eventos recientes en Ucrania y en Crimea, un grano de arena en una montaña que viene de mucho más atrás, son parte de un plan para eliminar a Rusia como la última barrera para que la OTAN domine completamente el mundo. Esta es la principal conclusión a la que llega Andrey Fursov, director del Centro de Estudios Rusos de la Universidad Estatal de Moscú (MGU), director del Instituto de análisis Sistemático-Estratégico, asociado a la Academia Internacional de Ciencia (Austria), editor principal de la revista “Востоковедение и африканистика” (“Orientalismo and Africanismo”) y colaborador habitual en diferentes universidades Europeas y Estadounidenses.


(Nota: Esta es una entrevista anterior en la que Andrew Fursov analiza en profundidad los actuales eventos den Ucrania. Es interesante recuperar ahora esta entrevista, que a pesar de sus seis meses de antigüedad, refleja de una forma correcta y exacta los eventos que se han desarrollado y se desarrollan actualmente en la zona)

P: Andrey Iliych, el principal tema de hoy es la cuestión geopolítica de Rusia en Ucrania.  Empecemos con el análisis de la situación. ¿Qué ha pasado allí?

R: Yo pondría la situación en Ucrania al mismo nivel que la de Siria. Y si la cuestión siria encontró visiones opuestas –los líderes del capitalismo mundial, la élite, no querían que el conflicto escalara hacia una guerra regional-, la cuestión ucraniana encontró algo similar. Es obvio que Ucrania no es económicamente interesante para la élite del Atlántico norte. Pero es, en términos geopolíticos, una necesidad alejar a Ucrania de Rusia y convertirla en un eje anti-ruso. La separación de Ucrania y Rusia es un proyecto geopolítico que viene de muy lejos en Occidente, liderado por Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos. Suelen citarse las palabras de Zbignew Brzezinski: “sin la reunificación con Ucrania, Rusia no podrá reclamar su estatus de gran potencia”. Zbig se equivoca: Rusia puede volver a ser una superpotencia al margen de Ucrania, aunque será más difícil y llevará más tiempo. Brzezinski ni siquiera es original; simplemente repite las palabras del general alemán Paul Rohrbach, que dijo a principios del siglo XX: “para reducir la amenaza de Rusia sobre Europa, y principalmente sobre Alemania, hay que separar la Rusia ucraniana de la Rusia moscovita”. Para el general alemán ambas partes son Rusia y habla de crear una brecha interna. Evoca aquí las ideas de los políticos alemanes de finales del siglo XIX, principalmente Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen,  que no solo insistía en forzar esta brecha, sino que definía incluso los medios.

Muchos políticos remarcan la necesidad de oponer Ucrania y Rusia incitando a la población, para ello es necesario incitar y cultivar, entre la población rusa de Ucrania la conciencia, un tanto perversa, del odio a todo lo ruso. Se trata así de una operación psico-histórica, con un sabotaje psicológico dirigido a la creación de eslavos rusófobos como tipo psico-cultural y la creación de un poder político. Edakii al servicio de un Saruman occidental. Siempre buscado apartar a Ucrania de Rusia y oponerla con el objetivo de crear unos rusos anti-rusos, como una alternativa “libre y democrática” al imperio. El proyecto se planteó originalmente como un proyecto de Galitzia, aplicado primero por la inteligencia Austro-Húngara y el Kaiser alemán, heredado después por el Tercer Reich y finalmente por la CIA y el BND desde la segunda mitad del siglo XX.

Después de la  “Revolución Naranja” de 2004 la tarea  de Occidente parecía a punto de completarse, pero estas previsiones resultaron ser erróneas. A finales de 2013 había una sensación similar, cuando la Unión Europea parecía tener a Yanukovich bajo su control y ejerciendo cada vez mayor influencia. Pero la postura rusa, y posiblemente la china, tomaron un papel protagonista y Yanukovich, decidiendo por su cuenta, se echó atrás. En un instante, la Unión Europea sentenció no solo a Yanukovich sino a la vía pacífica de la “Revolución Naranja” para separar a Rusia y Ucrania. En su lugar apostaron por la vía banderista de los rusófobos neonazis de Ucrania, producto de operaciones  psico-históricas comenzadas por Alemania hace 150 años. Durante la Segunda  Guerra Mundial, los nazis tomaron el control y crearon la división Galichina de las SS y desde la década de los 90 del siglo pasado, los herederos del Tercer Reich, Estados Unidos, tratan de establecer el nuevo orden mundial (vaya coincidencia en la terminología)

Durante la actual crisis, Estados Unidos y la Unión Europea han mostrado signos claros y demostraciones que ni siquiera han tratado de ocultar de doble moral, hipocresía y rusofobia. Esa es la única explicación para la actitud “tolerante” hacia los nazis ucranianos, que marcharon por las calles de Kiev con emblemas de las SS. La lógica es simple: si los nazis ucranianos (y también los bálticos) están contra Rusia, dejemos que lo estén. No es nada nuevo para Estados Unidos que, ayudado de forma activa por el rusófobo Vaticano, hizo entre 1945-46 cuanto pudo para evitar que los nazis se vieran ante la justicia (incluso aquellos culpables de crímenes de guerra), ya fuera facilitando su entrada ilegal a Estados Unidos o América Latina o utilizándolos directamente contra la Unión Soviética. Los eventos en Ucrania son un claro ejemplo de aquello a lo que nos enfrentamos.

P: ¿Con quién estamos lidiando exactamente?

R: Entre el 19 y el 21 de febrero tuvo lugar en Kiev una revuelta neonazi Banderista instigada colectivamente desde Occidente, principalmente por Estados Unidos, que se aprovechó de la estupidez y codicia de Yanukovich y sus allegados, que alteraron la situación y evitaron la operación antiterrorista del Gobierno ucraniano en un principio. Si se hubiera dado luz verde a la operación antiterrorista, Maidan habría acabado (Maidan ya había empezado a disolverse). Pero el resultado fue el que hemos visto. Al final, los largos años de trabajo subterráneo de la inteligencia estadounidense con los líderes ucranianos, que mantenían su dinero en bancos americanos, con el SBU, con los seguidores de Bandera, mito reinventado y reactivado, finalmente obtuvo resultados.

Es significativo que el embajador estadounidense tomara el papel de portavoz del parlamento ucraniano (Rada Suprema) en los días decisivos de febrero, dictando las condiciones a los nuevos líderes de la Ucrania “independiente”. ¿Cómo podemos incluso mencionar una independencia constitucional? El pseudoestado ucraniano siempre ha estado fuertemente dirigido por influencias externas y en este caso esto se ha demostrado de una forma cínica e imprudente. Se ha hecho para demostrar quién manda y quién dirige los acontecimientos en la Rada y en Maidan, para demostrar quién dirige a la escoria neonazi. La revuela americano-banderista podría producir serios cambios en la situación geopolítica del este de Europa, de Eurasia y del mundo.

P: ¿Pero no parecían protestas legítimas, honestas, reales por el descontento contra el régimen de Yanukovich?

R: El clan de Yanukovich es, sin ninguna duda, una mafia oligárquica. Pero Occidente, y las fuerzas pro-occidentales en Ucrania, abusaron del descontento de la población ucraniana para su propio beneficio.

P: ¿Con qué objetivo?

R: Por lo pronto, para la creación de un régimen neonazi banderista eslavo occidental. Para ejercer una presión constante contra Rusia por la vía de numerosos métodos, incluyendo el sabotaje. Y, en el caso de recibir una respuesta equivalente, para presentar al mundo una imagen de la Ucrania libre y democrática, acosada  por el imperialismo ruso. En pocas palabras: utilizando el bulo creado en Yugoslavia de “pobres albaneses, víctimas de los terribles serbios”, pobre Ucrania, víctima de la enorme Rusia.

El programa completo, igual que en los años 30, es la creación de un Reino Nazi Alemán que, en caso de necesidad para Occidente, tomaría un papel primordial en una hipotética guerra contra Rusia, lo que resultaría en la autodestrucción de Rusia. En otras palabras, se trata de la solución final para la cuestión rusa/eslava, llevada a cabo por los mismos rusos/eslavos y que acarrearía la división de Rusia y el norte de Eurasia con lo que esto significaría para los recursos naturales y la tierra. Es preciso recordar que la actual separación entre Rusia y Ucrania está planeada para crear una oposición, para presionar a Rusia desde la fuerza de un régimen neonazi banderista

Esto, añadido a otros factores como la lucha de poder entre el liderazgo estadounidense, la débil posición de Obama en política exterior, la recesión, los desacuerdos Estados Unidos-Alemania, los juegos de China en el este de Europa y demás, es la respuesta de Estados Unidos a las acciones de Rusia en 2013. Parece que la actual administración siente la obligación de hacer ver al mundo que tiene la capacidad de presentar políticas de acción. Los Demócratas no quieren dejar la Casa Blanca en las próximas elecciones, dentro de dos años, lo que supone que Obama necesita trabajar para el próximo presidente, probablemente blanco. Sea quien sea, puede que Hilary Clinton, que pasó todo diciembre de 2012 criticando la Unión Aduanera sobre la base de que era la recreación del imperio Soviético en territorio post-Soviético y exigiendo a Estados Unidos que lo evitara a toda costa, puede que Joe Biden o puede ser otro tercer candidato, no es importante. Rusia no debe esperar nada placentero de ninguna de estos candidatos de la élite norteamericana, mientras que un ataque sí es posible.

Pero como los héroes de “Chapaev” dicen del ataque del enemigo: ¿psicótico? Que le den, vamos a lo loco. Sobre el papel todo ha ido sobre ruedas. La historia es la reina del capricho. Es suficiente ver cómo les ha ido a los que han buscado una solución final para la cuestión rusa. Y eso sin mencionar el hecho de que está el este y sudeste de Ucrania.

P: ¿Podría ser que estuviera exagerando?

R: Me encantaría equivocarme. Hace falta tiempo para que se pruebe si estaba exagerando. Pero llevo décadas estudiando la lucha de poder a nivel internacional, la lucha por la información y por los recursos; analizando los objetivos y las acciones de las élites del Atlántico Norte. Repito que Rusia, incluso ahora, es el único obstáculo para la dominación total del mundo, para la creación del “Nuevo Orden Mundial”. Por eso uno de los últimos comandantes Soviéticos de inteligencia, Leonid Shebarshin, dijo: “Occidente solo necesita una cosa de Rusia, que no exista”, que no exista en términos estratégicos y geo-históricos. Y para organizar esa no-existencia se necesita una figura como Hitler. Por eso siempre tenemos que estar preparados para un posible ataque. Me gustaría estar exagerando y estar equivocado antes que ver cómo se repite el 22 de julio de 1941, especialmente cuando la alianza de las élites del Atlántico Norte es un enemigo mucho más peligroso que Hitler y su Tercer Reich, que acabó solo luchando contra casi todo el mundo. Hoy somos nosotros lo que estamos solos contra casi todo el mundo. La Federación Rusa no es la Unión Soviética, ni en términos de potencial económico ni, lo que es más importante, en calidad de recursos humanos.

P: ¿Cómo ve a Ucrania tras el colapso del régimen de Yanukovich?

R: En ruinas. No es posible nada más. En parte destruido, en parte represaliado y parte de la población rusa exiliada. La infraestructura destrozada; la tierra comprada por Occidente y en menor medida, por China. En teoría es un escenario que podría derivar en conmoción, lo que finalmente acabaría con el régimen banderista. Pero es complicado derribar un régimen sostenido por Occidente. Eso era posible cuando la Unión Soviética era el segundo superpoder y podía apoyar a los más débiles en su lucha contra los fuertes, contra el yugo de la “burguesía”.

Es más probable que Occidente trate de dirigir la ira de las masas hacia su vecino del este, declarando a Rusia la causa de todos los males debido a su imperialismo o al totalitarismo soviético y demás. Por desgracia, la lucha por Ucrania se ha perdido de la peor manera. Nuestros embajadores trabajaron con los oligarcas ucranianos, buscando su propio beneficio, solo con los dólares en la mente y olvidando el beneficio del pueblo, de la población, parte de ella pro-rusa. De igual manera, Occidente trabajó tanto con los oligarcas como con las representantes más activos de las fuerzas y grupos anti-rusos. Fueron esos grupos los que se convirtieron en comodines, con los que Occidente superó a los oligarcas supuestamente pro-rusos y a su enviado Yanukovich, de pasado criminal.

Pero repito: la historia es una reina cruel. Todo puede cambiar hacia un escenario completamente diferente. El futuro es impredecible, creado por la lucha, por la colisión entre voluntad y fuerza, así que depende de nosotros, de nuestras acciones. Perder esta batalla no es lo mismo que perder el partido, que continúa. Pero para ganar, o al menos para no perder, hace falta un esfuerzo titánico para corregir los errores, para limpiar la casa. Perder la lucha por Ucrania es el resultado de los problemas y la inestabilidad interna.

P: Dice que la lucha por Ucrania está perdida. ¿Qué pasa con las tropas rusas en territorio de Crimea?

R: La decisión de la administración rusa, particularmente del presidente Putin, destruye completamente la posibilidad de evolución de la revuelta neonazi banderista en el territorio de Ucrania, inspirado por Occidente, principalmente por Estados Unidos. De ahí podemos deducir que la cara de Sasha Belyj (Nota: Alexander Muzychko, un conocido neonazi ya asesinado que solía acudir a las sesiones del parlamento AK en mano) es el reflejo del presidente Obama y de aquellos que lo apoyan en Occidente, aquellos que elevaron a los neonazis al poder. Una vez tomado el poder en Kiev, los radicales planearon, tras prohibir el uso de la lengua rusa, apoyados por Occidente, forzar al este y sudeste rusófono a arrodillarse en sumisión.  Lo que ocurrió es que esas regiones tenían apoyo de Rusia. Ocurrió que ese país que ya derrotó una vez al nazismo, se levantó otra vez contra el intento neonazi de genocidio de la población rusa.

La supresión del este y el sudeste habría seguido el guión yugoslavo que buscaba destruir a los serbios: en lugar de los albaneses, que actuaban tras el escudo de la OTAN estarían los ucranianos occidentales. Esa supresión es necesaria para las élites occidentales, que desean el territorio complete de Ucrania y no solo la parte occidental. Como la parte occidental es, por sí misma, de escaso valor, solo puede ser usada como un Segundo Kosovo.

Por eso la postura rusa ha enfadado tanto a los líderes occidentales, que de por sí no son capaces de infligir serio daño más allá de nervios, provocaciones y engaños. Las palabras de Obama y Cía. están teñidas de furia impotente. Quieren apartar a Rusia y observar cómo los propios rusos se autodestruyen, cómo el reino neonazi se crea en su frontera occidental. Es educativo observar cómo la mayor parte de la población de la Federación Rusa apoya las acciones del Gobierno. Esos rusos son la mayoría, excluyendo a un grupo cuyos gritos resuenan alto, esa quinta columna que ya se oye desde lejos.

En general, la situación en Ucrania y lo que ella conlleva hace visible esa quinta columna con su malicia y escaso valor intelectual y profesional. Un experto del Carnegie Fund, por ejemplo, expuso su teoría entre esta situación y la llegada de tropas a Afganistán. ¿Qué tiene que ver Afganistán con esto? ¿Tuvo Afganistán una revuelta neonazi banderista antes de la entrada de tropas soviéticas? ¿O empezó una persecución de la población rusa? ¿Acaso había en Afganistán población rusa, o soviética entonces? ¿Dónde está la lógica? Parece que la lógica es redundante para un experto, cuyo principal objetivo es que sus maestros americanos le oigan ladrar alto, claro y al debido tiempo. Por otra parte, si estuviera en la parte de los maestros, habría mandado un cheque a tan dedicado sirviente. ¿Cómo puede un experto cuidar tan bien los intereses de quién le paga? Debería ser más agradecido, más meticuloso.

Ese es el problema con la quinta columna. Escuchas sus argumentos y te preguntas: ¿les falta profesionalidad o es simplemente un caso de estupidez?

Una pregunta más: ¿por qué sigue nuestro país empeñado en acomodar a instituciones como el Carnegie Fund? ¿Por qué  esta una agencia de clara influencia extranjera tan cómoda en nuestro país? Sí, son principalmente maleducados y contraproducentes, pero es un tema de principios. Pero vuelta a la superficie. Por ejemplo, un cantante desfasado anuncia, con orgullo, que nuestro Ejército meterá la nariz en Ucrania como lo hizo en Checoslovaquia. Hombre débil y desgraciado, lee un libro, uno que aún puedas leer. El Ejército Soviético estableció su control sobre Checoslovaquia (el tercer ejército más fuerte de Europa tras el de la URSS y Alemania del Este) en 36 horas y con pérdidas mínimas, tanto militares como civiles. Esa operación es estudiada por la OTAN como modelo. La crisis actual requiere eliminar a la quinta columna de la prensa; es necesario poner barreras políticas y legales a sus operaciones e ignorar los llantos de los que provocaron que la sangre fluyera en Yugoslavia, Irak, Libia y otros muchos países y están dispuestos a hacerlo ahora en Ucrania.

En general, Occidente está cada vez más interesado por la situación de Rusia y de las regiones post-soviéticas. ¿Es que no tienen sus propios problemas? ¿Si es así, puede que podamos crearlos? ¿Por qué Washington opera con impunidad en nuestra zona? ¿Por qué no deberíamos hacer lo que hacía la Unión Soviética y trabajar activamente las zonas extranjeras? Especialmente considerando que hay más que suficientes zonas plausibles.

Sea cual sea el resultado, la crisis ucraniana, provocada por Occidente en el marco del descontento general con el régimen de Yanukovich, es un punto de inflexión en la historia de Europa, Eurasia y las relaciones internacionales. La era que empezó en 1991 con la provocación de agosto y la traición del acuerdo “belovezhskij” (Acuerdos Belovezha) está a punto de terminar. Se presenta una nueva era. No es posible esconderse del tiempo. ¿Por qué habría que hacerlo? Hay que afrontar el tiempo de cara.

Y lo más importante de todo, tienes que proteger a los tuyos, luchar por ello, como diría Alexander Nevsky: por tus amigos. En la situación actual, no solo por los amigos sino por ti mismo, por la existencia de Rusia y por la autosuficiencia en la historia.

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